ROMPIENDO BARRERAS Y DEFENDIENDO LOS BENEFICIOS DE LA TERAPIA NO FARMACOLÓGICA
El Alzheimer y
otras demencias es una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el
mundo.
La enfermedad
de Alzheimer no es una parte normal del envejecimiento, sino que es el
resultado de cambios complejos en el cerebro que empiezan años antes de que
aparezcan los síntomas y que originan la pérdida de neuronas y sus conexiones.
Esta enfermedad va más allá de los aspectos médicos y científicos, hay una dimensión
social que rara vez se menciona: el estigma que enfrentan las personas
y sus familias cuando buscan ayuda en un centro especializado en el tratamiento
de esta enfermedad.
Desde nuestro
centro estamos observando que con frecuencia se asocia erróneamente acudir a
los talleres de terapia no farmacológica con niveles más avanzados de la
enfermedad, lo que crea una barrera emocional y social tanto para quienes padecen
Alzheimer como para sus seres queridos.
“Llevar a
una persona con Alzheimer a un centro especializado es un indicio de que se
encuentra en una fase terminal o en un estado avanzado de la enfermedad”.
Este prejuicio es perjudicial y refleja una comprensión superficial de la
enfermedad, que no toma en cuenta el amplio espectro de síntomas y etapas por
los que puede pasar una persona diagnosticada. Un ejemplo evidente es que con
frecuencia en las salidas que organiza la asociación hemos observado como
personas conocidas de la localidad se han acercado a alguna de nuestras
usuarias expresando su angustia y pesar porque se encuentran asistiendo a los
talleres, comentando textualmente “no
sabía que estabas tan mal”.
Los centros de Alzheimer son
necesarios e imprescindibles en cualquier etapa de la enfermedad y como método
de prevención primaria, por lo que cualquier persona puede beneficiarse de los
mismos. Sin embargo, debido a la percepción errónea de que estos lugares son "sólo
para los que están muy mal", muchas familias evitan recurrir a ellos,
lo que puede retrasar la intervención y la mejora en la calidad de vida de los
pacientes y sus familias.
Además, este tipo de estigma
puede generar sentimientos de culpa o vergüenza en los cuidadores y cuidadoras de
los familiares, quienes temen que su ser querido/a sea juzgado/a por estar
"en un centro". Pero la realidad es que el objetivo de nuestro
centro es ofrecer un espacio en el que se pueda proporcionar una atención
integral, desde la prevención y el diagnóstico hasta fases avanzadas,
individualizando cada uno de los tratamientos que recibe cada persona, y lo más
importante, apoyando tanto a las personas con Alzheimer en todos los niveles
(psicológico, social, emocional…) como a sus familiares a lo largo del proceso.
Uno de los aspectos clave de la
atención especializada en el Alzheimer es la incorporación de terapias no
farmacológicas, que han demostrado ser altamente eficaces para mejorar la
calidad de vida de los pacientes. Estas terapias no se centran en la
medicación, sino en intervenciones que promueven el bienestar físico, emocional
y cognitivo de la persona a través de actividades adaptadas a sus necesidades y
capacidades.
Algunos ejemplos de estas terapias que ofrece nuestra asociación incluyen:
Estimulación cognitiva y estimulación cognitiva a través de las nuevas tecnologías: A través de actividades,
ejercicios y juegos diseñados para mantener las habilidades cognitivas y
enlentecer la progresión de la enfermedad.
Trabajo mediante las actividades de la vida diaria: Fomentamos que las
personas usuarias mantengan su independencia en las actividades cotidianas.
Aprender nuevas formas de realizar tareas, o recordar las que ya conocían,
puede contribuir a un mayor sentido de control y autoestima.
Musicoterapia y danzaterapia: Estas terapias han demostrado ser
particularmente beneficiosas en el tratamiento de personas con Alzheimer, ya
que ayudan a mejorar el estado de ánimo, reducir la ansiedad y fomentar la
comunicación. A través de la música, el arte o el baile, las personas usuarias
pueden conectar con sus emociones y recuerdos de una manera que las palabras a
veces no logran.
Terapia reminiscente: Consiste en usar recuerdos personales, como
fotografías, objetos o historias del pasado, para ayudar a las personas
usuarias a conectar con su identidad. Este tipo de terapia tiene el poder de
reducir la angustia, mejorar la memoria y generar momentos de satisfacción y
conexión emocional.
Intervenciones psicológicas: La atención psicológica y el apoyo a los
cuidadores y cuidadoras son esenciales para manejar el estrés y las emociones
que surgen durante el proceso de la enfermedad. Los grupos de ayuda mutua, las
sesiones de psicoterapia individual o incluso la participación en actividades
sociales en beneficio de la asociación ayudan a reducir el aislamiento, que es
uno de los principales problemas que enfrentan tanto las personas usuarias como
sus familias.
Fisioterapia: Tiene como objetivo principal mantener la independencia y
reducir los riesgos de complicaciones físicas de las personas usuarias. Es una
herramienta fundamental en el manejo integral de la enfermedad. Con una
intervención adecuada y personalizada, la fisioterapia puede mejorar la
funcionalidad y ofrecer a los un mayor nivel de bienestar físico, emocional y
social.
Logopedia: Ayuda a mantener las habilidades lingüísticas, contribuye a
mejorar la calidad de vida, la autonomía y el bienestar emocional de las
personas con Alzheimer. Creando un un ambiente más comprensivo y comunicativo,
favoreciendo la interacción social y reduciendo el impacto negativo de la enfermedad.
Superar el estigma en torno a los centros de Alzheimer
requiere un cambio profundo que fomente una mayor comprensión de la enfermedad.
Es fundamental educar a la sociedad sobre la diversidad de experiencias que las
personas con Alzheimer pueden vivir y cómo los centros especializados no son
solo lugares de "última instancia", sino entornos de apoyo que pueden
intervenir en cualquier momento del proceso de la enfermedad.
El acceso temprano a la atención especializada y a terapias
no farmacológicas puede marcar una gran diferencia en la vida de las personas
afectadas, ayudándoles a mantener su independencia, dignidad y calidad de vida
durante más tiempo. Además, las familias deben ser aplaudidas por tomar medidas
proactivas para mejorar el bienestar de sus seres queridos.
Acudir a un centro de Alzheimer y otras demencias como puede ser AFAVIDA, no debería ser visto como un signo de desesperación, sino como un paso positivo hacia la mejora de la calidad de vida de la persona diagnosticada y el bienestar de su entorno familiar. Las terapias no farmacológicas son una herramienta poderosa que, cuando se implementa de manera adecuada, tiene un impacto directo en la salud mental y emocional de las personas. Romper el estigma que rodea a estos centros es esencial para ofrecer a las personas con Alzheimer y otras demencias las mejores oportunidades de cuidado y apoyo posibles, sin que se vean envueltas en un manto de juicio social que solo perpetúa la incomprensión.
BIBLIOGRAFÍA
https://www.alzheimers.gov/es/alzheimer-demencias/enfermedad-alzheimer
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