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Vestimenta

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  La apariencia física contribuye a la sensación de autoestima de una persona. Para una persona con el Alzheimer moderado o grave, elegir la ropa y ponérsela puede ser frustrante. Él o ella no pueden recordar cómo vestirse o puede abrumarse con las opciones o la tarea en sí. Los problemas físicos ¿La persona tiene problemas de equilibrio o las habilidades motoras necesarias para sujetar botones o cerrar cremalleras? ¿La persona recuerda cómo vestirse, cómo ponerse la ropa y en qué secuencia? ¿Él o ella reconoce su ropa? ¿Es él o ella consciente de la hora del día o la estación del año? ¿Tiene una condición que pueda afectar el movimiento, como dolor debido al artritis?   Ambiente ¿A la persona le preocupa la falta de privacidad, un cuarto frío, mala iluminación o ruidos fuertes? Otras preocupaciones ¿A la persona se le ordena apresurarse para vestirse rápido? ¿La persona recibe instrucciones claras paso a paso s

Prevención de caídas

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  Muchas veces no valoramos nuestra habilidad de caminar. Pero, no nacimos sabiendo desempeñar esa capacidad. Caminar requiere mucha práctica.   Reflexiona: pasa mucho tiempo antes de que un niño de 1 año empiece a caminar. Esta habilidad requiere coordinación precisa de los músculos y que el cerebro coordine las señales entrantes con mensajes salientes a los músculos apropiados para que puedan responder.   Cualquier desglose en este proceso puede hacer que una persona pierda el equilibrio y se caiga. A medida que envejecemos, nuestros cuerpos cambian. Estos cambios aumentan nuestro riesgo de caídas. Por ejemplo, a medida que envejecemos, nuestros ojos pierden la habilidad de adaptarse fácilmente de la luz a la oscuridad- y de la oscuridad a la luz.   Es más fácil caerse cuando caminas al baño durante la noche. Nuestros ojos también se vuelven más sensibles al resplandor. La visión periférica se hace más pequeña, y nuestra percepción cambia.  Por ejemplo, podríamos confundir a un patr

Alimentación y nutrición

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  La nutrición de los enfermos con EA es, frecuentemente, la principal preocupación de la familia y de los cuidadores. La intervención dietética es capaz de minimizar o prevenir la pérdida de peso.  Aunque inicialmente puede ser insignificante, esta pérdida puede afectar negativamente el estado nutricional del paciente, en sus capacidades cognitivas y en la propia evolución, retrasar la pérdida de auto noción de la enfermedad, así como disminuir el estrés y mejorar de vida tanto del enfermo como la calidad de vida de los cuidadores. Está claro, por consiguiente, que la valoración del estado nutricional de los pacientes y una intervención adecuada para su mejora deberían ser un aspecto fundamental en el tratamiento de la enfermedad.   Problemas relacionados con la alimentación Debido a los cambios que se producen a medida que va avanzando la enfermedad (distracción, confusión de horarios, hiperactividad, dificultad para masticar y tragar, etc.), las personas con EA son candidata

ACEPTACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEMER:

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  El diagnóstico de Alzheimer suele causar un gran impacto en la familia de la persona afectada y normalmente es difícil de aceptar. Tras el diagnóstico, se inicia el afrontamiento de un proceso que suele ser largo, incierto y complejo. En el caso de las personas con demencia, se estima que sobre el 80% viven con sus familias, pero en la gran mayoría de los casos, la atención y cuidados no es compartida, apareciendo la figura del cuidador principal, persona que asume la responsabilidad de atender, acompañar, y cuidar a diario al paciente. Y aproximadamente, en un 80-90% de los casos, son mujeres. Según la Real Academia Española de la lengua, la palabra cuidador significa “persona que cuida”. Por tanto, cuidador es toda persona, familiar o no, que presta cuidados físicos y emocionales a una persona con una enfermedad o discapacidad. Los cuidadores de enfermos de Alzheimer viven un día a día lleno de obstáculos y retos. En esa “carrera de fondo” es en donde la información y la form