Prevención de caídas

 

Muchas veces no valoramos nuestra habilidad de caminar. Pero, no nacimos sabiendo desempeñar esa capacidad. Caminar requiere mucha práctica.

 Reflexiona: pasa mucho tiempo antes de que un niño de 1 año empiece a caminar.
Esta habilidad requiere coordinación precisa de los músculos y que el cerebro coordine las señales entrantes con mensajes salientes a los músculos apropiados para que puedan responder.
 
Cualquier desglose en este proceso puede hacer que una persona pierda el equilibrio y se caiga. A medida que envejecemos, nuestros cuerpos cambian. Estos cambios aumentan nuestro riesgo de caídas. Por ejemplo, a medida que envejecemos, nuestros ojos pierden la habilidad de adaptarse fácilmente de la luz a la oscuridad- y de la oscuridad a la luz.
 
Es más fácil caerse cuando caminas al baño durante la noche. Nuestros ojos también se vuelven más sensibles al resplandor. La visión periférica se hace más pequeña, y nuestra percepción cambia. 
Por ejemplo, podríamos confundir a un patrón de diseño en el piso por algo firme donde "puedes pisar", lo que podría causar que tropecemos y caigamos. 

La artritis o el dolor en las articulaciones afectan la forma en que nos movemos y caminamos. 
Esto también provoca que sea más fácil caerse, nuestros reflejos - o la capacidad de moverse y responder rápidamente a una situación se debilitan a medida que envejecemos. Por ejemplo, si una persona joven baja por las escaleras, y pierde equilibrio, es probable que reaccione rápidamente y retome su balance para evitar caer. 

Una persona mayor no será capaz de responder tan rápido y es más probable que caiga. Nuestra fuerza muscular también disminuye a medida que envejecemos, por eso es más fácil caerse. 
Muchas personas que se caen, incluso aquellos que no resultan lastimados, desarrollan miedo a volver a caerse. 
Este temor hace que limiten sus actividades, y reduzcan su movilidad, lo cual afecta la aptitud física, y aumenta el riesgo de caídas.
Hay muchos otros cambios durante la vejez que causan que caminar se vuelva difícil. 
Cuanto más difícil es caminar, más fácil es caer.
Las caídas también suceden debido a los artículos que componen tu entorno.

Por ejemplo:

 • Alfombras/alfombras no bien instaladas
• Tapetes
• Desorden en los pasillos
 • Zapatos de la talla inadecuada
• Cables expuestos
• Pisos con distintos niveles de altura o resbaladizos
• Insuficiente iluminación
• Mesas bajas donde podrías tropezar
• La falta de barras de soporte apropiadas en el baño (usar las barras para las toallas es inseguro)
 
Ahora que sabes más sobre la habilidad de caminar y las causas de las caídas, no es sorprendente que las personas con demencia tengan un mayor riesgo de caerse. Su cerebro empieza a tener problemas para ordenarle al cuerpo qué hacer y cómo moverse. 
También experimentan problemas para percibir o entender las cosas en su atmósfera. Además, el cuerpo está envejeciendo. 

Una persona con demencia padece cambios físicos que provocan que los ancianos se caigan con más frecuencia. Las personas con demencia corren un riesgo aún mayor de caerse a medida que avanza la enfermedad. 
Las caídas tienden a ocurrir cuando una persona se está levantando de la cama, intentando transferirse de una cama a una silla, o simplemente mientras camina.

Las personas tienen mayor probabilidad de caerse: si:

• Si se desubican mentalmente con frecuencia
• Usan tallas de ropa/calzado inadecuadas
• Tienen problemas de presión arterial cuando cambian de posición (sentarse-pararse)
• Tienen mal equilibrio, dificultad para pararse de una silla, o para caminar
• Las barras de la cama
• La falta de estabilidad en los muebles, y barras de soporte
• Pisos o pasillos con diferentes niveles, resbalosos o con colores resplandecientes
• Insuficiente iluminación
 • Ciertos climas que provocan que ciertas superficies se vuelvan resbaladizas, dificultad para percibir, o agotamiento debido a las altas temperaturas
• Baños mal equipados/instalados
Riesgos de caídas nocturnas incluyen:
• Sentir sueño o desorientación (lo que dificulta que la persona encuentre el baño)
 • Insuficiente iluminación
• La necesidad de apresurarse al baño
• Caminar con pies descalzos o calcetines
• No usar gafas, o el aparato auditivo auxiliar (entre otros aparatos auxiliares)

Hay muchas cosas que puedes hacer para mantener un ambiente seguro y prevenir las caídas:

 • Mantén a las personas con demencia tan activas como sea posible; las personas activas físicamente tienen menos probabilidades de sufrir lesiones debido a una caída.
• Mantén los pasillos ordenados.
• Remueve las alfombras pequeñas o usa cinta adhesiva para evitar que las alfombras se desplacen.
• Mantén las cosas y materiales preferidas y necesarios al alcance de tu ser querido.
• Mantén las cosas que usa con frecuencia en los gabinetes que puede alcanzar fácilmente sin usar un taburete.
• Utiliza sillas cómodas y fáciles de usar
• Ajusta adecuadamente la altura de los muebles.
 • Coloca en los baños con antideslizantes y barras de soporte en la ducha.
• Las barras porta-toallas, si se usan para equilibrar, son peligrosas. Considera reemplazarlas con barras de soporte.
• Asegúrate de que no haya nada con lo que se pueda tropezar.
• Las mascotas y sus juguetes pueden causar tropiezos. Considera entrenar a los perros para que te obedezcan.
• Mantén una buena iluminación. Instala agarraderas y luces en todos los pasillos
• Mantén su dormitorio, baño, pasillos y escaleras iluminados durante la noche. 
Hacer todo lo posible para reducir el riesgo de las caídas evitará hospitalizar o internar a la persona con demencia en una residencia de cuidado de largo plazo.


https://www.alz.org/media/cacentral/documents/seguridad-20-minimizando-el-peligro-de-las-caidas.pdf

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