DETERIORO COGNITIVO: PREVENCIÓN Y HABITOS DE VIDA SALUDABLES
El deterioro cognitivo leve es una fase
intermedia entre el deterioro previsto de la memoria, que se cree que sucede
con la edad, y el deterioro más grave de la demencia. El deterioro
cognitivo leve puede incluir problemas de memoria, de lenguaje o de
capacidad de juicio.
Es posible que las personas con deterioro cognitivo leve sean conscientes de que han perdido parte de su capacidad de memoria o mental. Quizás los familiares y amigos también noten estos cambios. Sin embargo, estos cambios no son tan malos como para que afecten la vida diaria ni las actividades habituales.
El deterioro cognitivo
leve puede aumentar el riesgo de demencia por la enfermedad de Alzheimer u
otro trastorno cerebral. Pero es posible que algunas personas con deterioro
cognitivo leve nunca empeoren. Y algunas mejoran con el tiempo.
SÍNTOMAS
El cerebro, al igual que el resto del cuerpo, cambia con la edad. Muchas
personas notan que se vuelven más olvidadizas a medida que envejecen. Pueden
tardar más en pensar en una palabra o recordar el nombre de una persona.
Si los problemas en la función mental son más graves de lo esperado, los
síntomas pueden deberse a un deterioro cognitivo leve. El deterioro
cognitivo leve puede ser la causa de los cambios en el pensamiento en los
siguientes casos:
· Tienes olvidos más frecuentes.
· Olvidas acudir a citas o a eventos sociales.
· Pierdes el hilo de los pensamientos. No puedes seguir la trama de un libro
o una película.
· Tienes dificultad para seguir una conversación.
· Te resulta difícil tomar decisiones, terminar una tarea o seguir instrucciones.
· Empiezas a tener problemas para orientarte en lugares que conoces bien.
· Tu capacidad de juicio comienza a fallar.
· Tu familia y tus amigos notan cualquiera de estos cambios.
El olvido: ¿Qué es normal y qué no?
¿Cuál es la diferencia entre el olvido normal relacionado con la edad y un
problema grave de memoria? Los problemas graves de memoria dificultan las
actividades cotidianas, como conducir y hacer las compras. Las señales pueden
incluir:
- Hacer las mismas preguntas una
y otra vez
- Perderse en lugares conocidos
- No poder seguir instrucciones
- Confundirse con el tiempo, las
personas y los lugares
Prevención
del deterioro cognitivo
Diferentes estudios
indican que las actividades físicas y mentales que se realizan a medida que se
envejece pueden preservar la velocidad de procesamiento del cerebro y pueden
ayudar a retrasar, o combatir, el envejecimiento cognitivo.
Los estudios se están
enfocando en los efectos de las actividades sobre la “reserva cognitiva” en lo
que respecta a la velocidad de pensamiento y la memoria.
La reserva cognitiva es
la capacidad que tiene nuestro cerebro de hacer frente a los cambios producidos
por el daño cerebral optimizando su funcionamiento
Es evidente que no podemos modificar el volumen y la composición fisiológica de nuestro cerebro para aumentar nuestra Reserva Cerebral, no obstante, la Reserva Cognitiva se ha asociado a una amplia variedad de factores intelectuales, sociales y físicos que forman parte de nuestra vida diaria y que vamos estimulando y reforzando con el paso del tiempo.
La reserva cognitiva es
una capacidad que se va ejercitando a lo largo de la vida mediante la suma de
conocimientos y experiencias que suponen una estimulación activa del
funcionamiento cerebral. El efecto protector de
esta capacidad cerebral también se han manifestado en enfermedades
neurodegenerativas como las demencias, mostrando mejor rendimiento cognitivo
aquellos pacientes con mayor Reserva Cognitiva.
Por lo tanto, el efecto
que la Reserva Cognitiva ejerce en las enfermedades neurodegenerativas, se
pueden definir como un potenciador de la plasticidad y conectividad neuronal
que favorece la adaptación del funcionamiento cerebral frente a los cambios que
produce el deterioro patológico. Esta adaptación se logra optimizando el
funcionamiento de los circuitos neuronales o incluso usando circuitos
alternativos cuando los principales han resultado significativamente deteriorados.
No obstante, si bien es cierto que la Reserva Cognitiva actúa como factor
protector en la manifestación clínica de las enfermedades neurodegenerativas,
no consigue frenar sus efectos cuando están muy avanzadas
Alimentación equilibrada: son beneficiosos
los nutrientes básicos como los del aceite de oliva y otros alimentos ricos en
grasas vegetales, las vitaminas, sales minerales y antioxidantes. Son buenas
las anchoas, uvas, pasas y frutos secos.
Evitar drogas, alcohol y tabaco, pues está
demostrado que su consumo afecta a la actividad cognitiva.
Riesgo cardiovascular: la diabetes, la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia favorecen los accidentes cerebro y cardiovasculares, que pueden afectar a las capacidades cognitivas. Controlar estas enfermedades siguiendo escrupulosamente el tratamiento indicado por el médico y sometiéndose a revisiones periódicas es un excelente modo de prevenir el deterioro cognitivo.
Ejercicio físico: mantenerse activo
físicamente, incorporando el ejercicio a la rutina diaria, por ejemplo con un
paseo de media o una hora, no solo ayuda a mantener un buen estado de forma
física, un peso adecuado y la autonomía personal, sino que favorece la salud
cardiovascular y ayuda a prevenir accidentes cerebrales, capaces de inducir el
deterioro cognitivo.
Actividad social: mantenerse socialmente
activo y evitar con ello la rutina aleja las posibilidades de caer en el
aislamiento, la soledad y la depresión. Pero también permite integrar en el
ocio el ejercicio físico, la actividad intelectual, mantener la capacidad de
aprendizaje, etc. Todo ello favorece la creación de nuevas conexiones
neuronales o, en todo caso, a mantenerlas activas.
Aficiones: tener aficiones como la
jardinería, la lectura, la pintura, la música, el bricolage u otras similares
es una buena manera de mantener la actividad cerebral y cognitiva a un buen
rendimiento.
Pasatiempos y juegos de estrategia: en
términos populares equivale a hacer gimnasia mental, enfrentándose a retos,
manteniendo la atención y desarrollando las capacidades lógicas. Incluso los
videojuegos son válidos a la hora de evitar el deterioro cognitivo,
especialmente si se juega con otras personas, como los hijos y los nietos.
Evitar el estrés y la ansiedad: diferentes estudios han demostrado que las personas mayores que practican técnicas de relajación para eludir el estrés y los estados de ansiedad tienen un mejor funcionamiento cognitivo.
En definitiva, la mejor manera de prevenir
el deterioro cognitivo se resumen en único consejo: llevar una vida sana,
mantener el cerebro activo y mantener los contactos sociales.
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